
La noticia tiene como protagonista a Finley Burton (un bebé ingles de apenas unos meses de vida). Finley padecía una enfermedad congénita que provocaba un estrechamiento de su arteria aorta. Esto obligaba a que su corazón rindiera a 200 pulsaciones por minuto. El bebé no podía comer con normalidad y se encontraba siempre con muy pocas energías. Los médicos tomaron una decisión arriesgada: bajar su temperatura a 33'4 ºC (la media de una bebé esta en 37 ºC). Le introdujeron en una especie de bolsa en la que bombeaban aire frió y con eso consiguieron reducir su frecuencia cardiaca. La madre del niño decia "fue todo muy rápido y preocupante. Nada te prepara para ver a tu bebé en el hospital de esa manera. Sólo podía llorar".
Asif Hasan, cirujano que realizo la intervención, se mostraba satisfecho con los resultados tras terminar la operacion. Ahora Finley puede vivir como un niño normal, gracias a la medicina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario